LOS 10000 DEL SOPLAO: AHORA LO BUENO

Bueno, ya conocéis el desenlace...y sin embargo, la mayoría de las sensaciones que saqué de esta carrera fueron buenas. Si de la "mala suerte" de no haber podido "rematar la faena" debo extraer una conclusión positiva, esta es que, si nada lo impide, el año próximo volveré a estar en el cajón de salida para "sacarme la espinita". 

No os voy ha dar una "chapa" como la anterior para explicaros mis vivencias en la carrera pero me gustaría destacar varios momentos que hicieron a esta prueba destacar sobre el resto:

La salida es ESPECTACULAR, IMPRESIONANTE, GRANDIOSA....
Vista en una grabación de vídeo no transmite ni una pequeña parte de lo que sentimos los corredores en esos momentos... La traca, la cuenta atrás, ACDC dando caña con "Thunderstruck", muchísimo público aplaudiendo, jaleando, gritando...No se puede empezar mejor..., MUY EMOCIONANTE.

...Después vinieron un par de km. por carretera, siempre flanqueados por un público entusiasta hasta hacer la primera entrada a la montaña.
Preciosa la subida a la Sierra del Escudo. Una noche clara, sin ninguna nube, con la luna creciente y un millón de estrellas en el cielo y una serpiente de luces marcando el ascenso...
...Y el descenso por el cortafuegos...técnico, resbaladizo y trepidante. A medida que se baja se escucha, en la distancia, el clamor del público que aclama y jalea a los corredores que van llegando a Ruente.

Es IMPRESIONANTE.... cientos de personas haciendo estrecho pasillo antes y después del puente que atraviesa el pueblo. El paso de los corredores es obligatoriamente "de a uno" por el poco espacio que queda para correr y el calor que entrega la gente es personal, solo para ti, como si realmente fueses un gran campeón y realmente así te hacen sentir... Lo más parecido a la gloria... INDESCRIPTIBLE.

Después, con el ego por las nubes y un nudo en la garganta te "zambulles" en la montaña y en el silencio y la oscuridad de la noche.

Fueron muchos km., de variada factura, pistas y senderos, al raso y atravesando bosques, con la vista clavada en el suelo y compartiendo grandes momentos con un padre y su hijo, conocedores de la zona y que me avanzaban lo que estaba por venir (muchas gracias, lamento no conocer vuestros nombres, pero espero veros allí el próximo año), con Conchi, una chica de Guadalajara con la que mientras íbamos avanzando, desmenuzamos las pruebas en las que habíamos participado el uno y la otra, valiente corredora y a la que espero ver en la Ehun milak (yo de público) y también con muchos momentos de soledad, charlando mentalmente conmigo mismo o en algunos momentos de bajón, caminando dormido durante algunos metros...

Lo peor de todo el recorrido nocturno lo constituyó el frío... Como sabéis (lo repito una y otra vez), yo sudo mucho y en pocas horas iba empapado, incluso notaba chorrearme el sudor por las piernas y a medida que pasaban las horas y ganábamos altura el frío se fue intensificando. Durante mucho tiempo fui helado...(La semana siguiente a la carrera lo pagué con una afonía casi total de tres días y con unos ataques de tos que me han tenido sin dormir decentemente una semana más).

Superamos el Alto de Tordias y El Moral (km. 29) y llegamos por primera vez al avituallamiento de Bárcena Mayor (km. 42). A pesar de disponer de la bolsa con mis "recambios", solamente comí algo y cambié de pilas a la frontal, dejando el cambio de ropa para el avituallamiento de Los Tojos en el km. 79.

Poco a poco regresó la luz al mundo.... Y en la larguísima subida al Alto de las Fuentes me fue alcanzando...
Una vez más comenzaba a sufrir los efectos de los geles y las bebidas isotónicas en mi estómago. A pesar de beber sobre todo agua y tomar las sales en cápsulas y de intercalar la ingesta de geles con la de barritas, la sensación de nausea empezaba a aparecer...

Tras superar el alto de las Fuentes (km. 58), vino un largo recorrido por pistas con vistas muy amplias y que nos llevaron a Ozcaya (km. 67) primero y a la Venta del Mostajo (km. 70) y la Venta Vieja (km. 72), después.
Fue en esta zona donde coincidí durante bastantes kms. con un corredor gallego y a lo largo de la charla con él, resultó que habíamos coincidido en los "101 Peregrinos" del 2013 y que además conocía mi blog. 
(Luis, ahí tienes la foto prometida... Espero que pronto coincidamos en alguna otra. Un abrazo txapelun.)

No recuerdo exactamente en que punto nos separamos, pero fue a raíz de tener que pararme para quitarme un esparatrapo de una uña del pie ya que me estaba rozando y quería evitar que me hiciese una ampolla. Luis continuó adelante con la esperanza de que le alcanzaría...

En este tramo compartí camino con una chica también gallega. Fuimos un rato juntos y ella me dijo que le estaban informando por teléfono de que iba cuarta en la clasificación femenina y aproximadamente la sesenta en la general.... Cuando no se tiene ninguna referencia de como vas, esto supuso una inyección de moral para mi y comencé a pensar en el resto del recorrido en clave de carrera...., de hacerlo lo mejor posible.
Siempre por pista, comencé a tirar más fuerte hacia el avituallamiento de los Tojos, pensando en cambiarme de ropa y reponer fuerzas para afrontar el tercio final de la carrera. En este tramo se quedó atrás mi anterior compañera y varios corredores más. 

El avituallamiento de los Tojos (km. 79) merece una mención especial. Bueno, el avituallamiento y sobre todo las señoras que lo atienden.... Su amabilidad hace que sea como llegar a casa, al lugar donde te cuidan y te miman para que puedas seguir adelante. Tras sus cuidados y de comer un pintxo de tortilla y otro de lomo, cocacola en abundancia y un café solo que levantaría (y lo levantó) a un muerto....Tras sus atenciones y cambiarme de ropa y reponer comida y agua..., salí de allí como nuevo, dispuesto a comerme el mundo y convencido de que la prueba ya era mía...

Muchísimas gracias por todo y espero verlas el año próximo.

También en los Tojos vi por última vez a Luis. Me dijo que no podía parar mucho ya que se encontraba bastante justo y que si paraba no podría continuar, que seguro que le alcanzaría enseguida....

Después del avituallamiento y en dirección a Barcena Mayor poor segunda vez (km. 86) el recorrido se tornó un poco más técnico y entretenido.

Al atravesar en pueblo me llamó la atención no reconocer nada salvo el puesto de control, a presencia de ciclistas y de público animando y que no hubiese avituallamiento para la "ultra".

Antes de darme cuenta estaba fuera del pueblo, subiendo una cuesta bastante empinada y pasando por primera vez calor.

Llevaba por delante a cuatro corredores, pero lejos de "cebarme" en este tramo, fui cogiendo mi ritmo ya que la subida sería bastante larga...

Al poco rato entramos en una zona boscosa donde la sombra hacía la subida más llevadera y donde lo intrincado del camino hizo que perdiera de vista a los corredores que me precedían....
 ... Y sin embargo y a pesar de que el sendero se iba haciendo cada vez más técnico y empinado, me iba encontrando cada vez mejor... subiendo a un ritmo constante y regular y pensando en que, una vez en el alto del Moral, podría dejar de regular para vaciarme en el resto.
El trazado parecía una riera seca, pero tras tanta pista se agradecía caminar por el bosque.
Terminado el ascenso por el bosque, este continuó por zona despejada. Otra vez sobre pista, volví a tener a la vista al grupo de corredores que me precedían. Poco a poco les iba recortando distancia. Mi moral iba en ascenso. Ya con el avituallamiento de El Moral (km. 92) a la vista, supero a uno de ellos que se había descolgado del resto. A los otros les había recortado mucho...

Me siento muy bien, fuerte y con ganas... Voy pensando en mantener el ritmo que llevo ahora hasta El Toral en el km. 103, donde habré concluido con las subidas tras un temible repecho de unos 700 metros (según me informó Luis) y a partir de ahí a trotar hasta vaciarme en los últimos 15 km. que me conducirían hasta la meta de Cabezón de la Sal.

No albergo duda alguna de que voy a acabar....y además bien. Dándole duro, rebasando corredores y en un buen tiempo...

Llego a El Toral (km. 92), como y bebo y al salir...
...la suerte me dio la espalda...

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