LA MENTALIDAD DEL CORREDOR DE MONTAÑA

Cuando leí este artículo en la página de Corredor de montaña decidí, de manera inmediata, que quería "colgarlo" en el blog... y la mejor manera que se me ocurre es hacerlo en su formato original, tal y como lo publican sus dueños originales.


Espero que os guste tanto como a mi.


La Mentalidad del Corredor de Montaña

Viernes, 12 de Junio de 2015 21:55 || Escrito por Octavio Pérez
Así viven los espartanos del siglo XXI. Dispuestos a quitar horas de sueño para dar horas a sus sueños. Con una fe inquebrantable en ellos mismos cimentada con toneladas de sacrificio. Imagen: Octavio Pérez

"La Preparación en el Corredor de Montañade la iniciación al ultra trail, es el libro del entrenador Octavio Pérez, que se lanzó aquí hace ya un año. Hoy presentamos un capítulo de este excelente guía para cualquier aficionado a la carrera por montaña.
Capítulo 19. La Mentalidad del corredor de Ultra-trail
Miryam tan sólo llevaba 10K cuando se le pasó por la mente abandonar,  su estómago le gritaba que parara,  unos fuertes problemas digestivos la habían debilitado extremadamente. No podía correr a ritmo, se encontraba sin fuerzas, cada metro ascendido era una muralla, sus rivales se alejaban y sus zancadas eran tan pesadas como su estómago. No era su día y tenía la excusa perfecta para rendirse, era una locura continuar en esas condiciones. Correr al límite es irracional cuando aún te quedan ¡54Kpara cruzar la meta! ¡y varios picos por subir!, era “im-posible” terminar.  Sin embargo, había una vocecita dentro de ella que la empujaba a remar  contracorriente con todas sus fuerzas, a sufrir y a luchar contra si misma. No quería decepcionar a los suyos, ni  a su nuevo entrenador, pero sobre todo, no quería defraudarse a sí misma, había que continuar, tal vez hasta derrumbarse y perder el conocimiento,  porque Miryam no estaba dispuesta a hundirse en el muro de las lamentaciones, no quería volver a casa con el sabor amargo de la derrota del abandono. No era su día pero sin embargo,  decidió que era el momento de arriesgar y sacar todo su coraje y valentía o tal vez su insensatez. Pasaron los kms y continuaba sin encontrar  buenas sensaciones, seguía batallando contra sí misma, por no arrojar la toalla. Y al cabo de 30 kms de extremado sufrimiento, sin explicación alguna, su estómago le dio una tregua, y empezaba a sentir su cuerpo y sus piernas ligeras,  su zancada se alargaba y cada km corría más rápido, cada km se encontraba mejor, incompresiblemente ahora ella disfrutaba mientras los demás sufrían,  y  volaba entre las montañas mientras remontaba posiciones. 
Ésta es la historia de Miryam Talens, ésta es la historia de la 4ª clasificada en el Ultra Trail de Chiva, y está es la mentalidad y la auténtica esencia del Deportista  de Ultrafondo.
Tengo la suerte de ser el entrenador de Miryam y de otros grandes ultrafondistas y el honor de poder ayudarlos,  aunque realmente ellos me ayudan mucho más a mí. Soy enormemente afortunado de poder contagiarme de este espíritu incansable de  lucha y sacrificio.
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Una de las cualidades que más me sorprenden es el nivel de autocompromiso y autoexigencia que adquieren con el entrenamiento. Ellos conocen el secreto para materializar sus sueños, para saciar su sed de superación  deben embriagarse con grandes tragos de esfuerzo y sacrificio constante.  Es la única forma de conseguir mayores logros y satisfacciones, de subir el listón de la “locura” y  de vivir una vida llena de retos.

Para el resto de los mortales,  rozan la insensatez, cuantas veces he oído “eso no debe ser sano”. Pero tal vez, ese esfuerzo sobrehumano que nos hacía sobrevivir hace millones de años ahora nos hace vivir más y mejor y  sobre todo, vivir con más intensidad. Quizá, nuestra huella genética, la herencia de nuestros antepasados no sea otra que una capacidad enorme de adaptación para deportes de resistencia extrema.  Y tal vez, si estamos genéticamente adaptados a esfuerzos límites para la superviviencia,  los locos ultrafondistas sean más inteligentes y sanos de lo que podemos imaginar.
Para ellos no hay excusas. La mayoría tienen grandes responsabilidades familiares y/o profesionales, pese a lo que otros puedan pensar,  disponen de muy poco tiempo libre, pero eso no les importa, si tienen que dormir menos, si tienen que levantarse a las 5 de la madrugada lo hacen sin quejas, es más, muchas veces desean ansiosamente que suene el despertador para poder cumplir con su entrenamiento, para cumplir con lo pactado.
Así viven los espartanos del siglo XXI. Dispuestos a quitar horas de sueño para dar horas a sus sueños. Con una fe inquebrantable en ellos mismos cimentada con toneladas de sacrificio. Aplicados, orgullosamente diferentes, libres, ambiciosos pero humildes, siempre con la vista levantada buscando nuevos horizontes  y no mirando atrás deleitándose en exceso con sus éxitos pasados.  Así es el universo del ultrafondo,  un mundo de valientes, tal vez un mundo de locos y soñadores pero lleno de personas inteligentes con una fortaleza mental increíble. Un mundo repleto de  historias de coraje y superación pero también lleno de historias de realización y satisfacción personal.  Un mundo donde no hay perdedores, donde no existe la derrota, donde todos, absolutamente todos, podrían considerarse deportistas de ÉLITE. Así son los corredores de montaña, luchadores incansables preparados para enfrentarse a la adversidad y vivir una vida sin límites.
Miryam continuo confiando en ella misma y entrenando cada día más duro. El 19 de enero de 2013 fue subcampeona en el GR10XTREM, dos meses más tarde fue reina absoluta en la Perimetral de Benissa, y ahora, hace pocos meses, se proclamaba Campeona de España de Ultra Trail en categoría Máster y Tercera Absoluta .
Aquellos que sustentan su confianza en la exigencia de su preparación. Los que luchan con todas sus fuerzas hasta el final, tarde o temprano cumplirán sus sueños.
Gracias por enseñarnos cuál es el camino.

Contenido original del libro escrito por Octavio Pérez  "La Preparación en el Corredor de Montaña

LOS MONTES DE VITORIA 2015: MI RESUMEN


Como siempre con cierto retaso y con mucha prisa...., pero ahí va mi resumen.

Lo voy a dividir en dos partes: Lo que me pareció la prueba y las conclusiones que extraigo de mis resultados.

De que la Sociedad excursionista Manuel Iradier sabe de esto, no cabe ninguna duda. Les avalan muchos años de montaña y de organización de eventos de conocido renombre.
Por ello, el recorrido fue. para mi gusto, muy completo, duro, variado y bonito. Con sus casi 62 km. de ultra "M", su contínuo sube-baja con 2.848 metros de desnivel positivo y un poco más de negativo, el "tute" estaba garantizado. Además, el reclamo de las 150 plazas reservadas para la Hiru Haundiak (y el sorteo de otras 150) atraen cada vez a más y mejores corredores y el nivel es cada vez más alto.

Solamente me gustaría poner un "pero txikitin". Se trata de una pequeña parte del trazado escogido este año, tras salir de Ullibarri-Jauregi: Al poco de salir y tras abandonar la pista, se tomaba un sendero que atravesaba un bosque. Debido a que la gente todavía circulaba muy junta, a la estrechez del paso superior y al desnivel del sendero, se formó un gran "tapón" que nos tuvo un buen rato parados. Aún sintiendo la pérdida de tan bonito paso, creo que debería eliminarse por lo próximo a la salida y optar por seguir por la pista, ya que creo que conduce al mismo lugar por lo que el desnivel se mantendría, los "tapones" se evitarían y solamente se añadirían unos pocos metros al recorrido.

Por lo demás, el recorrido estaba perfectamente balizado, los avituallamientos muy completos, los voluntarios super-amables, el cronometraje impecable.... como os he comentado al principio. Estos saben lo que se traen entre manos.

En cuanto a mis resultados...., pues "regulin-regulan"...

No me gustaría que sonase a disculpa, pero lo cierto es que con los mimbres que llevaba no creo que se pudiese hacer mejor el cesto.

Creo que este año, a la hora de planificar la temporada, he pecado de optimista y por no querer perderme ninguna, he terminado acumulando demasiado esfuerzo en muy poco tiempo. Así, he corrido tres "ultras" en mes y medio.

Entre los 10.000 del soplao y esta, apenas han transcurrido dos semanas. Descansé cinco días, mal-entrené tres y la última semana la dediqué a intentar recuperarme....de manera insuficiente a tenor de los resultados.

Si a esto le sumamos que el frío de la noche en los 10.000 del Soplao me acarreó un potente "trancazo" que me tuvo bastantes noches sin descansar en condiciones (tuve unos "enganchones" de tos imparables) y que la víspera de la carrera tuve "festejos" variados bajo mi ventana, con un extenso repaso al cancionero popular vasco a cargo de una "coral amateur" incombustible y hasta las 00:00 horas, momento en el cual tomó el relevo un concierto en el gaztetxe (unos metros más allá, pero también cerca de mi ventana y dotado de más decibelios), pues el resultado es que a las 03:45 h., momento en el que me levanté para acudir a la carrera, no había "pegado ojo".

Todo esto se tradujo en dolores "de riñones" en las primeras cuestas, en andar falto de "txispa" durante toda la carrera y en sufrir muy fuertes dolores en los laterales externos de ambas rodillas en las bajadas, sobre todo en la segunda mitad de la carrera...

Lo dicho...., bastante se hizo.

Os pongo algunas fotos.
En Mendizorroza, esperando al bus.

El traslado.
Esperando a la salida.
Salida muy rápida y posteriormente hubo que librar bastante desnivel, por lo que no me acordé de hacer fotos hasta bastante más tarde.
No paro ni para hacer las fotos...¡¡¡Así salen!!!
Saliendo de Okina, en la mitad del recorrido.
Fuerte bajada para llegar al avituallamiento y fuerte subida para salir de él. La tónica general de la carrera.
A medida que caen los km. las distancias entre los corredores se van haciendo más grandes.
Precioso sendero hacia Zaldiaran.
Llegando al control de Zaldiaran.
Vitoria-Gasteiz a la vista.
Durante todo el recorrido tuve dolores de rodillas en las bajadas, pero los últimos tramos se me hicieron especialmente duros.

Pero bueno, al final pude completar el recorrido en un modesto tiempo de 09:36:58, lo que me colocó en la clasificación provisional en el puesto 416 en la categoría masculina (430 en la general, según mis cálculos salimos 874, lo que me coloca un pelín por encima de la mitad). Lo dicho "ni fu, ni fa" o todo lo más, tirando a mal.
Toca seguir aprendiendo de los errores e intentando mejorar para las próximas.



Y al final, la recogida de premios: Libro del recorrido, camiseta técnica, diploma, un "pica" fresquito y la familia... Misión cumplida.

LOS 10000 DEL SOPLAO: AHORA LO BUENO

Bueno, ya conocéis el desenlace...y sin embargo, la mayoría de las sensaciones que saqué de esta carrera fueron buenas. Si de la "mala suerte" de no haber podido "rematar la faena" debo extraer una conclusión positiva, esta es que, si nada lo impide, el año próximo volveré a estar en el cajón de salida para "sacarme la espinita". 

No os voy ha dar una "chapa" como la anterior para explicaros mis vivencias en la carrera pero me gustaría destacar varios momentos que hicieron a esta prueba destacar sobre el resto:

La salida es ESPECTACULAR, IMPRESIONANTE, GRANDIOSA....
Vista en una grabación de vídeo no transmite ni una pequeña parte de lo que sentimos los corredores en esos momentos... La traca, la cuenta atrás, ACDC dando caña con "Thunderstruck", muchísimo público aplaudiendo, jaleando, gritando...No se puede empezar mejor..., MUY EMOCIONANTE.

...Después vinieron un par de km. por carretera, siempre flanqueados por un público entusiasta hasta hacer la primera entrada a la montaña.
Preciosa la subida a la Sierra del Escudo. Una noche clara, sin ninguna nube, con la luna creciente y un millón de estrellas en el cielo y una serpiente de luces marcando el ascenso...
...Y el descenso por el cortafuegos...técnico, resbaladizo y trepidante. A medida que se baja se escucha, en la distancia, el clamor del público que aclama y jalea a los corredores que van llegando a Ruente.

Es IMPRESIONANTE.... cientos de personas haciendo estrecho pasillo antes y después del puente que atraviesa el pueblo. El paso de los corredores es obligatoriamente "de a uno" por el poco espacio que queda para correr y el calor que entrega la gente es personal, solo para ti, como si realmente fueses un gran campeón y realmente así te hacen sentir... Lo más parecido a la gloria... INDESCRIPTIBLE.

Después, con el ego por las nubes y un nudo en la garganta te "zambulles" en la montaña y en el silencio y la oscuridad de la noche.

Fueron muchos km., de variada factura, pistas y senderos, al raso y atravesando bosques, con la vista clavada en el suelo y compartiendo grandes momentos con un padre y su hijo, conocedores de la zona y que me avanzaban lo que estaba por venir (muchas gracias, lamento no conocer vuestros nombres, pero espero veros allí el próximo año), con Conchi, una chica de Guadalajara con la que mientras íbamos avanzando, desmenuzamos las pruebas en las que habíamos participado el uno y la otra, valiente corredora y a la que espero ver en la Ehun milak (yo de público) y también con muchos momentos de soledad, charlando mentalmente conmigo mismo o en algunos momentos de bajón, caminando dormido durante algunos metros...

Lo peor de todo el recorrido nocturno lo constituyó el frío... Como sabéis (lo repito una y otra vez), yo sudo mucho y en pocas horas iba empapado, incluso notaba chorrearme el sudor por las piernas y a medida que pasaban las horas y ganábamos altura el frío se fue intensificando. Durante mucho tiempo fui helado...(La semana siguiente a la carrera lo pagué con una afonía casi total de tres días y con unos ataques de tos que me han tenido sin dormir decentemente una semana más).

Superamos el Alto de Tordias y El Moral (km. 29) y llegamos por primera vez al avituallamiento de Bárcena Mayor (km. 42). A pesar de disponer de la bolsa con mis "recambios", solamente comí algo y cambié de pilas a la frontal, dejando el cambio de ropa para el avituallamiento de Los Tojos en el km. 79.

Poco a poco regresó la luz al mundo.... Y en la larguísima subida al Alto de las Fuentes me fue alcanzando...
Una vez más comenzaba a sufrir los efectos de los geles y las bebidas isotónicas en mi estómago. A pesar de beber sobre todo agua y tomar las sales en cápsulas y de intercalar la ingesta de geles con la de barritas, la sensación de nausea empezaba a aparecer...

Tras superar el alto de las Fuentes (km. 58), vino un largo recorrido por pistas con vistas muy amplias y que nos llevaron a Ozcaya (km. 67) primero y a la Venta del Mostajo (km. 70) y la Venta Vieja (km. 72), después.
Fue en esta zona donde coincidí durante bastantes kms. con un corredor gallego y a lo largo de la charla con él, resultó que habíamos coincidido en los "101 Peregrinos" del 2013 y que además conocía mi blog. 
(Luis, ahí tienes la foto prometida... Espero que pronto coincidamos en alguna otra. Un abrazo txapelun.)

No recuerdo exactamente en que punto nos separamos, pero fue a raíz de tener que pararme para quitarme un esparatrapo de una uña del pie ya que me estaba rozando y quería evitar que me hiciese una ampolla. Luis continuó adelante con la esperanza de que le alcanzaría...

En este tramo compartí camino con una chica también gallega. Fuimos un rato juntos y ella me dijo que le estaban informando por teléfono de que iba cuarta en la clasificación femenina y aproximadamente la sesenta en la general.... Cuando no se tiene ninguna referencia de como vas, esto supuso una inyección de moral para mi y comencé a pensar en el resto del recorrido en clave de carrera...., de hacerlo lo mejor posible.
Siempre por pista, comencé a tirar más fuerte hacia el avituallamiento de los Tojos, pensando en cambiarme de ropa y reponer fuerzas para afrontar el tercio final de la carrera. En este tramo se quedó atrás mi anterior compañera y varios corredores más. 

El avituallamiento de los Tojos (km. 79) merece una mención especial. Bueno, el avituallamiento y sobre todo las señoras que lo atienden.... Su amabilidad hace que sea como llegar a casa, al lugar donde te cuidan y te miman para que puedas seguir adelante. Tras sus cuidados y de comer un pintxo de tortilla y otro de lomo, cocacola en abundancia y un café solo que levantaría (y lo levantó) a un muerto....Tras sus atenciones y cambiarme de ropa y reponer comida y agua..., salí de allí como nuevo, dispuesto a comerme el mundo y convencido de que la prueba ya era mía...

Muchísimas gracias por todo y espero verlas el año próximo.

También en los Tojos vi por última vez a Luis. Me dijo que no podía parar mucho ya que se encontraba bastante justo y que si paraba no podría continuar, que seguro que le alcanzaría enseguida....

Después del avituallamiento y en dirección a Barcena Mayor poor segunda vez (km. 86) el recorrido se tornó un poco más técnico y entretenido.

Al atravesar en pueblo me llamó la atención no reconocer nada salvo el puesto de control, a presencia de ciclistas y de público animando y que no hubiese avituallamiento para la "ultra".

Antes de darme cuenta estaba fuera del pueblo, subiendo una cuesta bastante empinada y pasando por primera vez calor.

Llevaba por delante a cuatro corredores, pero lejos de "cebarme" en este tramo, fui cogiendo mi ritmo ya que la subida sería bastante larga...

Al poco rato entramos en una zona boscosa donde la sombra hacía la subida más llevadera y donde lo intrincado del camino hizo que perdiera de vista a los corredores que me precedían....
 ... Y sin embargo y a pesar de que el sendero se iba haciendo cada vez más técnico y empinado, me iba encontrando cada vez mejor... subiendo a un ritmo constante y regular y pensando en que, una vez en el alto del Moral, podría dejar de regular para vaciarme en el resto.
El trazado parecía una riera seca, pero tras tanta pista se agradecía caminar por el bosque.
Terminado el ascenso por el bosque, este continuó por zona despejada. Otra vez sobre pista, volví a tener a la vista al grupo de corredores que me precedían. Poco a poco les iba recortando distancia. Mi moral iba en ascenso. Ya con el avituallamiento de El Moral (km. 92) a la vista, supero a uno de ellos que se había descolgado del resto. A los otros les había recortado mucho...

Me siento muy bien, fuerte y con ganas... Voy pensando en mantener el ritmo que llevo ahora hasta El Toral en el km. 103, donde habré concluido con las subidas tras un temible repecho de unos 700 metros (según me informó Luis) y a partir de ahí a trotar hasta vaciarme en los últimos 15 km. que me conducirían hasta la meta de Cabezón de la Sal.

No albergo duda alguna de que voy a acabar....y además bien. Dándole duro, rebasando corredores y en un buen tiempo...

Llego a El Toral (km. 92), como y bebo y al salir...
...la suerte me dio la espalda...

LOS 10000 DEL SOPLAO: MALA SUERTE...


Comienzo por el final y así paso el mal trago cuanto antes…:

.....Salgo del avituallamiento de El Moral, en el km. 92. Es una jaima de color blanco situada en la cima. Se encuentra totalmente rodeada por ciclistas y bicicletas. Hay muchos, decenas…Tirados en el suelo, en pie, rodeados de botellas vacías de agua….
La foto está bajada de Internet y corresponde a la edición del 2011, pero la situación resulta parecida a la que yo encontré, aunque diría que el avituallamiento se encontraba al otro lado de la pista.
El voluntario que atendía el avituallamiento se encontraba un poco agobiado ya que el avituallamiento solamente debería atender a los corredores de la ultra y del soplaoman, pero los ciclistas se cuelan constantemente y tiene que estar continuamente recondándoles que no es para ellos. Cuando le pregunto hacia donde tengo que ir, me contesta que por donde van los ciclistas y hacia allí me dirijo. La pista gira a la izquierda e inicia el descenso.

Pocos metros más abajo me encuentro con otro corredor que esta atendiendo a un ciclista accidentado. En esos momentos llega un todoterreno y se bajan dos sanitarios, un hombre de cierta edad y una mujer. Antes de que comiencen a atender al herido les pregunto si voy bien para el recorrido de la ultra. Me dicen que si, que todo para abajo.

El otro corredor (creo que tenía el dorsal 23 ó 26) y yo continuamos hacia la ya cercana meta. Comienza trotando pero al poco le rebaso y dejo atrás.

Voy tranquilo siguiendo las marcas que aparecen en árboles y postes al lado de la pista, a pesar de ser continuamente adelantado por ciclistas que bajan lanzados.
(Lo que no sabía es que por El Moral ya había pasado durante la noche -km. 29- y que las marcas se correspondían con esa bajada, no a la que tendría que estar haciendo en estos momentos, como se ve en el perfil).

Algún km. después veo a la izquierda de la pista un abrevadero de cuyo caño vierte un abundante chorro de agua. Me salgo del recorrido, bebo y relleno un bidón. Mientras tanto, el otro corredor me rebasa y continua el descenso.

No me importa, todavía hay terreno y mi plan pasa por ir tranquilo hasta superar la última cima, El Toral y luego apretar bajando. Me han comentado que es una subida corta, de unos 700 metros, pero que “se pega a las piernas”, no en vano se encuentra en el km. 103, pero no me importa demasiado, es la última y voy bien de piernas, bajo sin dolores, me siento bien y estoy contento… no tengo ninguna duda…lo voy a conseguir.

Además, un buen rato antes, una chica que iba en cuarta posición en su categoría me había informado de que iba, más o menos, la 60 en la general por lo que tras dejarla atrás a ella y a otros corredores me imagino que voy el cincuenta y tantos y me veo con fuerzas para mejorar mi posición (por lo que he visto en la clasificación posteriormente, creo que la información no era correcta y que, en realidad, íbamos algún puesto más atrás).

Bien, bien, bien….unos pocos km. más y ya está.

Continuo bajando un buen rato. Se me hace largo, pero cada cierto tiempo localizo alguna marca y eso me tranquiliza. Voy bien. Hace mucho que no veo al corredor que me precede ni a ningún otro, pero bueno, es lo normal, durante los km. anteriores he ido durante muchos tramos sin ver a nadie ya que la carrera está a estas alturas muy estirada. 

Los que no dejan de bajar son los ciclistas…., en grupos o en solitario… decenas o incluso centenares… Y como bajan. A “tumba abierta”. Da miedo verlos…

Oigo un coche que se acerca y al girarme veo que es un todoterreno de sanitarios. Continuo trotando y el vehículo se me pone a la par. El conductor me pregunta que si me encuentro bien y tras contestarle que si, me pregunta que hago allí. No le entiendo. Me dice que el recorrido de la ultra va por la otra ladera de la montaña, que tendría que desandar unos 10 km. cuesta arriba, hasta el avituallamiento y retomar la ruta. Para abajo a unos 4 km. se encuentra Barcena Mayor…No, no pueden ayudarme…todo lo más avisar al otro corredor y a la organización.

Se van y se me cae el mundo encima. No puede ser….

Continuo bajando totalmente estupefacto hasta que llego a un cruce donde se encuentran cuatro guardias civiles con motos de montaña, una ambulancia y dos vehículos de protección civil. Me miran “como las vacas al tren”.

Pregunto por alguien de la organización y me mandan donde los de Protección civil. Le explico lo que me pasa a quien parece el jefe y me dice que va a llamar a la central para que decidan que hacer. Espero…

Me dicen que el otro corredor se ha ido, que un vehículo particular le ha llevado hacia la meta….Yo no quiero abandonar, quiero que me lleven donde han cometido el error y continuar con la prueba. Espero….

Llamo a mi mujer y le cuento lo que pasa. Increíble….Espero….
Me dicen que desde la central no contestan….Espero…
Ha ocurrido un accidente grave de un ciclista y lo tienen que evacuar en helicóptero. Las comunicaciones están saturadas….Espero…

No me van a dar ninguna solución…Comienzo a desesperar…Lo tenía hecho y no voy a poder terminar…Espero…

Tras casi una hora, le pido al responsable de Protección Civil que me indique donde estoy para poder decirle a mi mujer que venga a buscarme. A unos 30 km. por carretera de la meta en Cabezón de la Sal. Aparece un todoterreno de la organización.

Vuelta a explicar lo sucedido. El colaborador de la organización intenta comunicar con su central. Imposible. Las comunicaciones están saturadas con el accidente del ciclista. Me dice que se tiene que ir pero que volverá en unos minutos. Espero…

Al rato vuelve y me dice que me monte en el todoterreno y enfila hacia la pista por donde he bajado. Le pregunto por lo que va a hacer y me contesta que me va a llevar al lugar donde tome la dirección equivocada.

No me lo puedo creer, quiere subir en dirección contraria a los ciclistas que bajan “enchufados”. Le digo que por ahí no, que provocamos un accidente seguro. Me contesta que es la única posibilidad para acceder al lugar, que por otros sitios el acceso es por senderos y el automóvil no puede llegar.

Calculo a toda velocidad…: Llevo más de una hora parado, con los ciclistas bajando habrá que subir en primera, “parados”, eso si no se estrella alguno contra nosotros…En el supuesto que llegue arriba, todavía quedarán unas tres horas para la meta. Mi Gps marca 105 km. Me he quedado frío, empiezo a estar agarrotado… Mi mujer está esperándome desde hace rato en Cabezón…. Por mi culpa vamos a matar a alguien….

El sueño se rompe definitivamente…“Me retiro…, llévame a meta”.