RETOMANDO LA SENDA

Dieciseis días... 
Este es el tiempo que me ha mantenido parado la dichosa lesión en los lumbares.

De hecho, no se puede decir que esté totalmente recuperado ya que todavía siento bastante rigidez en la zona y a las mañanas, me levanto muy agarrotado, pero al menos puedo realizar alguna actividad. Con cuidado y midiendo..., pero he vuelto al trabajo.

El lunes 17 de Febrero hice la primera prueba. Tras salir de trabajar a las 06:00 horas de la mañana, me metí, de "empalmada", 20 km. Por terreno bastante llano y andando ligero. Probé con algunas "trotaditas" de no más de 25 m. para ver si notaba algún pinchazo en los lumbares, pero todo fue bien..., dentro de lo que cabía esperar...: Estoy muy lejos de estar en forma y al hacerlo sin dormir, me sentí un poco "fundido" a pesar del terreno fácil y de tardar 03 h. 10 min...... Pero bueno, pudiendo trabajar, eso ya lo solucionaré.

El martes hice mi primera sesión de gimnasio: Elíptica sin problemas (más allá de lo oxidado que estoy) y sesión de pesas, mancuernas (de las sentadillas con barra, ni hablar, aunque hice algunas sentadillas búlgaras con poco peso y fue bien), propiocepción y core. Para finalizar, un ratito de carrera en cinta. Aquí no fue tan bien: A los 20´, comencé a notar una ligera molestia en los lumbares, por lo que lo dejé. Ya iré aumentando el tiempo a medida que la zona vaya mejorando.

En fin, transito el camino de la recuperación y aunque haya perdido la forma de manera significativa, estoy feliz de poder volver a entrenar en un tiempo no demasiado largo....Podía haber sido mucho peor... Solo espero recuperar totalmente la zona y que no quede ninguna secuela.

Os pongo un spot de Asics que escenifica en que consiste el día a día de cualquiera que quiera mejorar en el deporte. Espero que os guste.

EN EL DIQUE SECO

Ya ha pasado una semana de mi lesión en la espalda y sigo parado...

El dolor ha cambiado. Ya no aparece en la zona de la columna, sino que se ubica en la parte alta de la cadera. Como si fuese por dentro de la misma.

Para que os hagáis a la idea, es similar a cuando se siente un dolor muy intenso en los pulmones, como si se te hubiese "cruzado" o "montado" algo por dentro y que te duele hasta al respirar. Normalmente, en esos casos, con hacer una fuerte respiración o un gesto brusco se "coloca" y el dolor desaparece de inmediato.

En el caso de lo que me sucede, a primera hora de la mañana, me inhabilita totalmente: Vestirme es una tortura, toser un martirio, incluso duele más intensamente si respiro fuerte... Después y con ayuda del ibuprofeno, el dolor se va mitigando e incluso hay momentos en los que no me duele nada.

Esto me tiene en una "montaña rusa".... Hay momentos en los que pienso que ya se está curando y que en pocos días podré retomar los entrenos, aunque sea muy suavemente y eliminando cosas y otros en los que casi no puedo ni andar y me hace dudar de todo.... 

En fin, MUUUUUCHA PACIENCIA.... Si algo caracteríza a un "Ultrero" es saber sobreponerse a las dificultades..... Algo haremos....

Os pongo un artículo que he encontrado en la página esVivir, en la que el autor, Lluis Lleida, facilita 10 consejos para enfrentarse a una Ultra Trail y no morir en el intento.

Coincido prácticamente al 100% con él. Es un artículo muy acertado escrito por alguien que sabe de lo que habla.

Espero que os sirva de ayuda....

Ultra Trail: 10 claves para no morir en el intento

Los Ultra Trails o carreras de ultrafondo a pie en un entorno natural empiezan a partir de la distancia Trail (42 km). La International Trail Running Association (ITRA) las clasifica en función del kilometraje: Ultra M (entre 42 y 69 km),Ultra L (entre 70 y 99 km) y Ultra XL (100 km o más). 

Lluís Lleida

Nombres como Ultra Cavalls del Vent, Transvulcania, Gran Trail de Peñalara o Ehunmilak son algunas de las más conocidas del calendario nacional. El Ultra Trail du Mont Blanc (UTMB) es la “ultra” por excelencia, la más famosa de Europa y una de las más exigentes del mundo. Todas ellas proponen rutas de distancia igual o superior a los 100 kilómetros y desniveles que se cuentan por miles de metros. Contrariamente a lo que puede parecer, los Ultra Trails no son carreras exclusivas para superhombres. 

Prueba de ello es que soy corredor de Ultra Trails y nada tengo que ver con los superhombres. Tampoco son pruebas destinadas a gente “un poco loca”. Nada más lejos de la realidad. Cualquier prueba “ultra” supone asumir la existencia de factores y riesgos de diversa índole que hay que valorar, gestionar y resolver antes, durante y después de la competición. Las “ultras” exigen el máximo al cuerpo y a la mente, poniendo en juego nuestra salud, integridad física y, en casos extremos, incluso la vida del corredor. Eso sí, todos los amantes de esta disciplina coincidimos en afirmar que se trata de una experiencia increíble por todo lo que nos reporta, que es mucho y tal vez motivo de un próximo artículo.

Para ponernos en situación, los corredores de élite –el más renombrado en estas latitudes es Kilian Jornet- invierten alrededor de diez horas en un recorrido para el que los corredores del montón invertimos veinte o más. Por poner un ejemplo, los 100 km y 13.000 metros de desnivel total acumulado de la pasada edición de la Ultra Cavalls del Vent ocuparon a Luis Alberto Hernando, primer clasificado masculino, 10h27m. El último clasificado cruzó la línea de llegada en 27h41m, a tan solo diecinueve minutos del cierre de la carrera. 

En las distancias ultra, el simple hecho de cruzar la meta es todo un éxito: de los 1.050 corredores que tomaron la salida en Ultra Cavalls del Vent 2013, solo 626 completaron el recorrido. Así pues, menos del 60 por ciento de los atletas alcanzó su objetivo de convertirse en “finishers”. ¿Cómo lo consiguieron? Las claves pueden ser muchas, tantas como “finishers”, pero en un intento de compendiar las fundamentales, se me ocurren las siguientes.

1.- Elige bien tu la carrera. Antes de llegar al “mundo ultra” sería lógico haber seguido una cierta progresión. Esta se inicia con carreras de distancia trail. El siguiente paso nos llevaría a las distancias ultra, siguiendo la progresión M, L y, finalmente, XL. Cada atleta encontrará su distancia justa, aquella en la que disfruta, que no necesariamente será la XL. La distancia y los desniveles ponen a cada uno en su sitio y centran los objetivos a través de la experiencia y las sensaciones percibidas. Por si sirve de inspiración, una de las condiciones que debe cumplir una carrera para despertar mi interés es que debo considerarla un reto improbable pero no imposible. Dicho de otro modo, que mis posibilidades de acabar todo el recorrido dentro del tiempo máximo otorgado por la organización sean del 51%. En el otro extremo, si las probabilidades son del 100%, la cosa ya no me motiva tanto.

2.- Entrena el cuerpo y sobre todo la mente.Acabar una “ultra” es más cuestión de mente que de cuerpo. El entrenamiento mental es tan necesario como el físico. Si no se producen lesiones o caídas durante la carrera y la preparación física ha sido adecuada al reto, lo que definitivamente nos convertirá en finishers será nuestra capacidad de superar los bajones mentales que se producirán, ineludiblemente, a lo largo de las horas. En esos momentos, cuando lo fácil es tirar la toalla y abandonar, seguir adelante dependerá de nuestra capacidad de automotivarnos, de perseverar en el objetivo, del positivismo con que enfoquemos el momento presente y el futuro inmediato, y de mil y un recursos más, como escuchar una determinada música o elegir la compañía de otro corredor. Tanto es así, que algunos de los mejores entrenamientos que hacemos los “ultras” son aquellos que se encargan de doblegar la mente, como por ejemplo salir a correr cuando no apetece o no estamos motivados para hacerlo porque hace frío, llueve, es de noche o no tenemos compañero con quien compartir entrenamiento. Acostumbrarnos a desoír esa voz interior que nos susurra seguir en el sofá es lo que más tarde, durante la carrera, nos ayudará a seguir adelante. Porque durante la carrera tendremos momentos críticos en los que aparecerá la vocecita. Haber aprendido a desobedecerla marcará la diferencia entre dar un paso más o abandonar.

3.- Establece una estrategia. En mi caso, la carrera se divide en pequeños objetivos. Cada control de paso, punto de vida o avituallamiento es uno de ellos. Mi única preocupación es llegar al siguiente lo antes posible con el mínimo desgaste. La meta es el gran objetivo, pero no se alcanza sin antes superar los subobjetivos. En el caso de carreras muy largas, de más de 100 km, divido la carrera en tramos de menor kilometraje a modo de submetas, transformando lo aparentemente inasequible en asequible. Una vez alcanzada cada submeta valoro mi estado y lo que necesito para seguir hasta la siguiente submeta (líquidos, sólidos, curas…).

4.- Estudia la carrera. La ventaja de saber a lo que te enfrentas permite prever y planificar acciones y tomar decisiones en función de lo que tienes delante. En este sentido, es importante atender a la información técnica que ofrecen los organizadores: altimetría, topografía, puntos de control, puntos de descanso… Un “viaje” por la ruta a vista de pájaro con Google Earth ayuda mucho, aunque nada mejor que pisar el terreno durante los días previos a la competición. Todo esto nos ayudará a gestionar nuestras fuerzas, administrar la ingesta de alimentos, líquidos y suplementos (geles, barritas energéticas…) o decidir qué equipamiento necesitaremos llevar encima en todo momento.

5.- Elige bien la compañía. Muchas veces participamos en equipo. Otras veces solos, aunque acabaremos compartiendo kilómetros y horas con este o aquel corredor, que alcanzamos o nos alcanza. En cualquiera de los dos casos, elegir bien al compañero o compañeros de viaje es fundamental para lograr el objetivo de cruzar la meta. Hay personas que suman y otras que restan capacidades al equipo. Las primeras apuntan hacia adelante con optimismo y cuesta que se rindan; las segundas lo hacen con pesimismo y suelen rendirse a la primera de cambio. Acabar depende sólo de uno mismo y sus circunstancias… Entre esas circunstancias está el carácter de tu compañero.

6.- No viene de cinco minutos. Si no eres de los que aspiran a pódium ni eres un tipo súper competitivo, entenderás que, en general, en el mundo “ultra” no existan los segundos ni los minutos. Hablamos de horas y cuartos de hora. A lo sumo redondeamos de cinco en cinco los minutos. El reto no es otro que aguantar y llegar dentro del tiempo máximo que indica la organización. Si se hace con un crono u otro es secundario para la mayoría de participantes, porque esa inmensa mayoría tiene como ambicioso objetivo el simple hecho de cruzar la meta. Eso no quita que lo intentemos en el menor tiempo posible, pero anteponiendo el “objetivo supremo” de acabar. Son muchos los que anteponen el crono, algo muy respetable pero tal vez poco práctico en vista del volumen de lesiones por roturas musculares o caídas accidentales que provoca este planteamiento . Pero para gustos no hay nada escrito.

7.- Escucha a tu cuerpo. Antes decíamos que hay que desoír los susurros de la mente. Con el cuerpo es muy sano hacer todo lo contrario: escucharlo atentamente y hacerle caso. Cualquier pequeña molestia acaba convirtiéndose en motivo de un potencial de abandono. Desde una simple piedrecita en el interior de la zapatilla hasta un ligero dolor muscular, desde el roce de la camiseta en los pezones hasta una mala protección solar sobre la piel, desde la sensación de sed hasta la sensación de frío… El cuerpo siempre avisa antes de “romperse”. Si atendemos al aviso, casi siempre podremos poner remedio y retomar la marcha. Hipotermias, golpes de calor, lesiones musculares o “pájaras” son algunos ejemplos resultantes de desoír lo que nos dice el cuerpo. En todos estos casos, como en otros, las consecuencias pueden ser nefastas e incluso funestas.

8.- Come, bebe, descansa, duerme.Cada uno sabe qué, cuándo, cuánto y cómo debe nutrirse, hidratarse y recuperarse. O al menos debería saberlo quien se enfrenta a una “ultra”. Entre otras cosas, porque es imprescindible para que el cuerpo y la mente resistan. Comer, beber y descansar, incluso dormir, forman parte de la estrategia de carrera, por eso hay que planificarlo antes del inicio y cumplir el plan a rajatabla. Hay muchas teorías de cómo hacerlo, pero cada maestrillo tiene su librillo: comer cada hora u hora y media, hidratarse cada veinte minutos, dormir unas horas o unos minutos (en distancias superiores a 150 km es normal e incluso necesario hacerlo para los “ultras” normales), etc. El qué cada cual debe experimentarlo previamente. Hay quien tira de pequeños bocadillos de crema de cacao, o de fruta, o de geles y barritas energéticas, de bebidas isotónicas, de bebidas de alto contenido en azúcares… Generalmente utilizamos una mezcla de todo lo anterior y más que nos reponga todos los nutrientes, sales, azúcares y minerales que vamos perdiendo. Importante no experimentar con ningún producto (sólido o líquido) el mismo día de la competición. Hay que haberlo probado antes en condiciones similares de uso para saber si nos sienta bien o no. Las pruebas el mismo día de la carrera suelen pagarse con mareos, vómitos, descomposición y retirada. Punto y aparte son los premios. Sí, pequeños caprichos en forma de caramelos, chocolatinas o cualquier otro producto alimenticio cuya función no es tanto alimentar el cuerpo como el de alimentar la mente. Saber que en el siguiente control o avituallamiento te vas a “premiar” con aquello que tanto te gusta es un aliciente para llegar al punto y un revitalizador para salir contento hacia el siguiente.

9.- Diviértete mientras sufres. Parece mentira que alguien pueda disfrutar subiendo y bajando montañas a ritmo durante 10, 15, 20 o 56 horas. Pero es así, si no, no lo haríamos. ¿Sufrimos? Por supuesto. Un famoso corredor americano afirma que a lo largo de las horas, en este tipo de pruebas se muere varias veces y se resucita otras tantas. De hecho, se resucita siempre una más que se muere… Forma parte del juego saber que vas “a morir” una y otra vez, pero al mismo tiempo tener la certeza de que es una muerte pasajera y que “resucitarás” si aguantas. A lo largo de las horas te preguntas una y otra vez qué estás haciendo, porqué lo estás haciendo, quién te manda a ti meterte en esto… Te duele esto y aquello… Estás muerto de frío cuando hace unas horas andabas agobiado de calor… En fin, que vives en una agonía permanente, pero has aprendido a resistirla y a superarla.

10.- No pienses mucho: siente y emociónate.Las “ultras” son una de esas actividades que aparentemente ni tienen explicación lógica practicarlas, ni tampoco son fáciles de explicar. De hecho, personalmente he desistido de explicar el porqué a según quien. Forman parte de esas experiencias que hay que vivirlas para entenderlas… Y sin pensarlas demasiado… O no las haríamos. Simplemente hay que prepararse. ¡Ah, y dar el primer paso! Esto último es lo único verdaderamente imprescindible para cruzar la línea de meta.

DESASTRE

Como os he venido contando, mi planificación para preparar la temporada pasaba por dedicar los meses de enero y febrero al trabajo de gimnasio, con el fin de ir fortaleciendo los músculos, tendones y articulaciones para el trabajo de monte.

Desde el 7 de enero venía haciendo esto... En total, 15 sesiones, incluyendo alguna salida a correr.

Normalmente comienzo las sesiones con elíptica o cinta, unos 35 minutos y luego paso a las máquinas, mancuernas o pesas y abdominales y lumbares, propiocepción, para acabar con otros 25 minutos de elíptica o cinta, dependiendo lo con lo que haya empezado. Sumándole los estiramientos unas 2 horas, 3 ó 4 veces a la semana.

Todo iba bien. Poco a poco iba cogiendo la forma y lo más importante, sin dolores. Hasta el viernes 31 de Enero....

Una sesión que se desarrollaba satisfactoriamente. Había comenzado con 35´ de cinta, cuádriceps en máquina, "isquios", propiocepción y cuando me encontraba haciendo la décima repetición de la segunda serie de sentadillas con barra y con 45 kg......El desastre.... A media subida un latigazo en la espalda baja, a la altura de las lumbares que me dejó clavado. Tuve que tirar a pesar del dolor para arriba ya que no había otra forma de salir de allí. Más dolor....

Desde el primer momento supe que me había j-d-d- bien....Y sin explicación, ya que mi trabajo de sentadillas ha sido progresivo durante el pasado mes..., no estaba tirando con demasiado peso.... Había calentado adecuadamente (de hecho estaba sudando "a chorro").....No lo sé... Lo único que se me ocurre es que adoptase una mala posición para el ejercicio...

La cosa es que, saltándome la mayoría de los ejercicios terminé el entrenamiento y a casa.

Posteriormente y a pesar de ponerme hielo varias veces al día, tomar ibuprofeno y hacer reposo, estoy "hecho un cristo".

Tengo enrojecida la zona de la columna correspondiente a las vertebras lumbares y también esta inflamada. Al levantarme de la cama, apenas puedo vestirme y aunque posteriormente, a lo largo del día mejoro algo, no puedo levantar ni tan siquiera pesos ligeros ya que me duele mucho, nada de inclinaciones o giros bruscos.... De correr, mejor ni hablar....

De momento no queda otra que descansar e intentar recuperarme lo antes posible....Una pena, todo el trabajo previo a la basura.... y veremos lo que tarda en curar.

Depende de como me encuentre, en los próximos días intentaré hacer algo de elíptica y estiramientos para los lumbares a ver si consigo mejorar algo....no sé.... Ya veremos.

Lo dicho....UN P-T- DESASTRE.

Bueno, no hay más remedio que afrontarlo y hacer todo lo posible para una pronta y total recuperación que me permita seguir adelante.... Así que, mientras tanto,  os dejo con un vídeo del "number one": Kilian Jornet.

En el cuenta como planifica las "Ultras" y, salvando las distancias (estratosféricas, por otra parte), pueden ayudar a los "mortales" para extraer enseñanzas de su experiencia.

Disfrutadlo.